domingo, 21 de diciembre de 2014

Panorámica des-enfocada





La hoja en blanco, oportunidad de expresar todo lo que quiera, tanto, que se agolpan, en el cuello de embudo que va desde los pensamientos hasta el teclado, tantas ideas, que les cuesta fluir. 
Quizá la falta de una rutina excretiva que la vorágine diaria no concede establecer, auto-negándonos el tiempo necesario para cerrar los ojos y expulsar cada día, poco a poco, algo de todos esos pensamientos que de otra forma cuesta hacer aflorar.
Así vivimos, constreñidos, atorados de pensamientos que guardamos en nuestra recámara; quizá siempre sea mejor otro momento para decir, para hacer, para sentir o para vivir. Solo hay que observar, solo sacar una panorámica desenfocada entre el tumulto, un giro de 360º diario que permita entrever las limitaciones que nos imponemos, los roles estancos que ejercemos. Debería ser prescripción médica: unos minutos de observar, solo eso, y los siguientes de sentir, solo eso; y que la receta sea de dosis incrementales, primero una al día, luego cada 8 horas para pasar a cada 3... y así hasta hacernos auténticos yonkis de la existencia, hasta hacernos seres que observan y sienten, sin filtros, sin miedos.



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