sábado, 8 de octubre de 2016

Todo en un momento



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      Atardecer de otoño, cuando la luna creciente ya mira al sol poniente por encima del hombro. Cuando el cielo, en lo alto continúa azul ya luchando con los ocres incipientes en el horizonte, engañando a los grillos con la primera sombra de oscuridad. Cuando la suave brisa de final del día refresca el ambiente, meciendo las doradas espigas heredadas del reciente verano. Mientras, sobre el camino, paso a paso nos mecemos juntos, en tu profundo sueño me abrazas y tu cabeza reposa plácidamente sobre mi pecho. Tus manos pequeñas, perfectas, se enfrían a medida que la noche vence al día, observamos los últimos rayos de sol que inciden sobre tu cara de porcelana, molestando a tus ojos de topacio azul, respiramos, siento que todo tiene sentido, que la vida necesita poco para ser plena y que sólo con respirar profundo, sólo con sentir que el día ha merecido la pena y que sigues a mi lado, seguís a mi lado, nada puede fallar.