jueves, 15 de febrero de 2018

Mi marco +10







Hace ya 10 años que escribí la primera entrada de este blog, mirando hacia atrás quiero pensar ¡cuanto he cambiado!. Pero no, releyendo el primer post donde me identificaba con la frase  de Jodorowsy "Aprendí que en mi vida diaria no tenía por qué dejarme atrapar en un marco. La realidad cotidiana no es rígida, o no lo es más que en nuestra mente, en el concepto que tenemos de ella" compruebo que sigo siendo el mismo, me identifico como la primera vez que la leí y el trasfondo de esa frase probablemente esté dirigiendo mi vida, como aquellos sueños del acto onírico.

Hoy me tumbo en la cama, junto con mi hija, compruebo la agradable sensación de haberme enriquecido, haber incorporado a mis prioridades y valores algo sumamente bello como es el amor incondicional que, hasta ahora, no había conocido. Manteniendo lo que era pero evolucionando, muy poco a poco, hacia mi yo imaginado, mi yo que siempre es y será futuro.

La utopía me acompaña cada día, intentó asirla para que la realidad no me aleje de pensar en límites deseables pero en la frontera, quizá incluso del otro laso, de lo alcanzable. Pensar en una constante evolución, progreso, desarrollo, hace que cada día de un paso más, hacia un destino no fijado ni diseñado, pero que hace que el camino sea gratificante. Llegar al final de cada día agotado, pero con una sonrisa y una sensación de haber construido una parte, aunque sea mínima, de algo bello.

Miro a mi pequeña, que cada día sorprende con palabras o frases nuevas, canciones aprendidas o cuentos que sabe finalizar aún contados pocas veces. Que crea constantemente sus propias obras, que mira sin prejuicio y absorbe todo lo que le rodea -quizá por mirar sin prejuicio, absorbe todo lo que le rodea- y Disfruta con mayúsculas de cada instante. Esto me hace pensar en los adultos derrotados, prejuiciosos, que han asumido su realidad como inamovible -y a Dios gracias-, que cada día repiten su rutina sin dar un paso más, sin intentar asir una meta, o la voluntad de tenerla, que analizan el mundo en blanco y negro perdiendo todos los matices que hay entre medias y les dirige el miedo que les impide salir de su marco, para ellos rígido, lo que aún no saben es que lo es, pero tan solo en su mente.